Dulce deleite
Crecí en una pequeña ciudad de China hasta los 11 años. Mi padre decidió emprender su aventura empresarial en una gran ciudad cuando yo tenía 5 años. A partir de entonces, apenas podía verlo. Como hija única, mis recuerdos de la infancia están llenos de juguetes, dulces, libros/películas de cuentos de hadas y vestidos de princesa color pastel que papá me compró como compensación por su ausencia. Todos esos vestidos favorecedores decorados con volantes, lazos y cintas alegraron mil veces mis días más solitarios, y dondequiera que iba, siempre llamaba la atención. Lo que más me gustaba era ponerme mi vestido nuevo y reunirme con amigos para nuestros pequeños "juegos" en la naturaleza: jugar al escondite en los jardines, perseguir libélulas y mariposas, recoger mijo salvaje y hacer coronas de flores. Esos fueron los momentos más felices de mi vida que me hicieron sentir como una princesa y olvidar temporalmente cuánto extrañaba a mi papá.
A medida que envejecemos, cada vez hay menos posibilidades de hacer/vestir lo que realmente amamos. La vida de un adulto en una gran ciudad es acelerada y agotadora: me encontré atrapado en una oficina escribiendo planes de marketing que apenas me interesaban, obligándome a hacer llamadas de negocios a extraños aunque nunca me gustaron esas llamadas, usando ropa completamente negra 9 a 5 a pesar de que rara vez tengo negros en mi guardarropa! Esos momentos más simples y despreocupados de la vida se han convertido en las cosas más lujosas del mundo entero, ¡y ansío recuperarlos! Por lo tanto, esta colección es un viaje 'Bring Back Joy'. Cada diseño tiene una historia detrás y refleja uno de esos momentos radiantes. ¡En Fairy Tong, volverás a encontrar esos dulces placeres perdidos en la vida!
- Tong, Fundador y Director